Superficie: 264.40 ha
Región biogeográfica: Mediterránea
Términos municipales incluidos: Villarroya
Entidad gestora: Dirección General de Biodiversidad, Gobierno de La Rioja.
En la vertiente sur de la Sierra de Yerga se erige el Carrascal de Villarroya, un extenso encinar de 264,4 hectáreas. Antaño, cuando el ganado, las dehesas y cañadas eran una estampa habitual, este tipo de formaciones vegetales se sucedían por todo el valle del Ebro y por las zonas llanas de la montaña más mediterránea. Hoy, en cambio, el carrascal de Villarroya es uno de los escasos vestigios que quedan de aquellas dehesas, y probablemente el más bello y mejor conservado de La Rioja.
Árboles plagados de historia, muchos de los cuales conservan huellas de aquellas épocas, como los agujeros en los troncos, ennegrecidos por las hogueras que hacían dentro de ellos los pastores para calentarse, o las formas alambicadas de sus ramas tras las repetidas cortas. El abandono de los usos tradicionales durante más de medio siglo ha permitido la recuperación de la vegetación hasta cubrir las antiguas zonas abiertas entre el arbolado.
La estructura del carrascal es la característica de un “rodal viejo cultural” en el que coexisten estos ejemplares centenarios, con aperturas en el dosel de copas, áreas con regenerado entre los grandes ejemplares, abundancia de madera muerta en pie y en el suelo así como numerosos microhábitats en los troncos de los grandes árboles que favorecen una diversidad de especies de fauna y flora asociadas a las etapas maduras de los carrascales.
La gestión del espacio está encaminada a la conservación de los árboles trasmochos y al mantenimiento de la madera muerta para favorecer la presencia determinadas especies de coleópteros de interés, como Limoniscus violaceus, una especie de escarabajo catalogada como vulnerable y con una distribución muy fragmentada.
Mapa
Curiosidades
En el interior del carrascal se encuentra la “Encina de Mario” , árbol catalogado como singular por su gran y bello porte.
Áreas Recreativas